|
Yo quiero | Pedro Biedma. 07.02.18 | |  Yo quiero calles de piedras y arena, con sus porterías imaginarias, con veinte niños pateando un balón viejo y donde no falte ese vecino cascarrabia al que todo le molesta en lugar de estupendas y costosas consolas de juegos ficticios que sólo sirven para acotar la imaginación de los jovenes y mayores que dedican con pasión todo su tiempo disponible. Yo quiero enceder la televisión y “tragarme” por imposición las viejas y antiguas películas que ponían los sábados, y no volverte loco con ese imcomprensible mando a distancia que te guía por infinidad de canales cuyo contenido te importa un pimiento y finalmente eliges uno al azar que te acompaña mientras duermes. Yo quiero volver a sentir la alegría de recibir la visita sorpresa de un familiar antes que leer cientos de mensajes de texto en el móvil de personas queridas que raras veces podrás tener cerca. | Yo quiero que mi abuela me mande a la bodeguilla a comprar un vaso de vino blanco y de paso devolver las botellas vacías de cerveza y gaseosa para ganarme una propina, a mi vuelta seguro que mi madre me dice “niño, ve a casa de Adrián y que te de 100 gramos de mortadela”, en este caso la propina la recibían mis ojos al contemplar los “manjares prohibitivos” que lucían en el mostrador (jamones, chorizo, lomo en manteca), ¡uf!, se me abre el apetito sólo de pensarlo, no soporto comprar en el gran supermercado de al lado donde eliges cualquie artículo precocinado e inmediatamente te colocas en una fila interminable esperando el turno de que te “claven” 20 euros por las dos cosas que llevas, sales sin dinero y sin ganas de comer. Yo quiero recordar esas fiestas de mi abuelo en su casa, donde todos los vecinos participaban, incluso el cascarrabias, ahora en cambio, al llegar a casa, intento no coincidir con nadie, y sí no lo puedo evitar cruzamos un simple “hola” cargado de ironía. Yo quiero volver a ser el niño que era para poder revivir la grata sensación de todos esos momentos que con el tiempo han desaparecido y que nuestros hijos, nietos, etc, no tendrán la suerte de conocer. |
|
|
<-Volver |
|
|