 Hoy 5 de enero, vísperas de la adoración de los Magos a aquel niño palestino que terminó crucificado, dicen que por anarquista y no-violento. He escrito Magos y no Reyes como se les conoce en España ya que este apelativo real fue un invento que data de la Edad Media pretendiendo justificar y ensalzar la dominación monárquica, sometiendo así a los pueblos ya que desde pequeños se acepta que los reyes lo son por la gracia de Dios, como veis el poder nunca da puntada sin hilo. Decía que en esta fecha me invade un sentimiento mágico-infantil que me hace rememorar y recobrar la ilusión por lograr lo deseado, por conseguir aquello que me falta y que anhelo con todo mi ser y sin embargo no puedo alcanzar a pesar de poner todo mi empeño en ello, solo un golpe de azar, una compensación del karma, que dirían mis amigos budistas, me llevaría a colmar mi deseo. Hoy me he puesto a escribir mi carta a los Magos de Oriente y lo primero que se me pasa por la cabeza es que bastante trabajo tienen con llevar la PAZ a sus países de origen, para que encima lo cargue con peticiones chorras. Así que le he hecho una sola petición: SALUD, esta que siempre se dice, sobre todo cuando no te ha tocado la lotería y que no valoras hasta que la vida, que como sabemos está formada por cosas positivas y negativas, te repara la fatalidad de una enfermedad a ti o a una persona que amas. |
Y quiero explicar porque mi deseo es tan acuciante: resulta que yo nunca me he tenido por una persona envidiosa, es más, creo que siempre me he alegrado del bien ajeno y ahora me sorprendo con que padezco una gran cantidad de ese defecto o pecado capital , como decían los curas que en mi infancia me introducían la doctrina. Lo confieso: siento una tremenda envidia de mis compañeras Yayaflautas, la utilización del femenino es en reconocimiento de la mayoría de yayas de Málaga y para darle un poco por saco a los voxeros, mis compañeros yayos comprenden lo que quiero decir y no creo que ninguno se sienta ninguneado. Siento una gran envidia cuando veo en las redes sociales que se reúnen en Asamblea en la Nave todas las semanas y que todos los lunes por la mañana en la Plaza de Félix Sáenz se concentran para seguir luchando por las pensiones, no por las nuestras, a la mayoría nos queda apenas dos telediarios, sino por las de sus hij@s y niet@s. Ellos con su sacrificio están realizando una gran labor pedagógica, están enseñando a las nuevas generaciones como se lucha de manera no-violenta para no dejarnos robar nuestros derechos, esos que durante toda una vida de luchas y sacrificios consiguieron y que poco a poco nos lo están robando los manijeros del poder. Muchos al pasar delante de su pancarta y verlos con sus chalecos piensan que son unos viejos chochos que no tienen nada que hacer y así ocupan su tiempo incordiando, otros los critican: “porque que van a conseguir los cuatros gatas/os con la pancarta”. Y es que algunos lunes no se llegan a reunir más de diez y es que desgraciadamente a nuestras edades las enfermedades nos van produciendo constantes bajas: operaciones, malditos cánceres, artrosis, problemas cardiacos,…. Así que cuando veáis a esos diez debéis contar también a los que las enfermedades, las cargas familiares, los cuidados de enfermos, hijos y nietos,… no han podido asistir pero su corazón late en la misma sintonía que los presentes. Los Yayos están dando una lección semanal a la ciudadanía de cómo se lucha, sin protagonismos elitistas, sin egos políticos, sin jerarquía ni partidismo. Y es que son de una generación que nació luchando contra el miedo impuesto por el oscurantismo franquista, dieron la cara y venciendo el miedo nos trajeron la democracia, no la que le hubiera gustado, pero al menos abrieron las ventanas del país para que entrara el aire purificador de la libertad, son los que prefieren morir luchando antes de hacerlo en la cama sometiéndose a las injusticias que las clases dominantes nos imponen; ellos no besan las botas que los pisan, levantan sus puños y enlazan sus brazos formando una muralla contra las que chocan los opresores. El ejemplo de los Yayos quizás no sea recogido, como ellos quisieran por la generación de sus hijas/os, el miedo al despido o la multa es semejante al miedo a los grises, pero estoy seguro que lo harán, como nosotros hicimos de nuestros abuelos, sus nietas y nietos. Porque ellos sabrán que cuando salgan a la calle a luchar contra las injusticias y el poder lance contra ellos sus fuerzas de desorden, estos se encontraran con un muro formado por los cuerpos de los yayos enlazados codo con codo y tendrán tiempo de salvarse del ataque porque los yayos no darán nunca un paso a atrás. Porque quiero seguir siendo un elemento activo de los yayos, porque deseo estar codo con codo formando ese muro por eso le pido a los Magos: SALUD y ya puesto a pedir: REPUBLICA.
Un Yayo convaleciente. |