
Ayer, tras conocer la toma del Capitolio, escribí el siguiente tuit: "El buen jugador respeta las reglas de juego. El malo. El malo ve fantasmas donde no los hay. Trump no ha entendido una regla del juego. En democracia, la soberanía reside en el pueblo". Es el pueblo, y no la violencia de algunos, quien propone a sus representantes. Lo ocurrido en EEUU saca los colores al sistema democrático. Y los saca porque a estas alturas de la partida, la democracia – más segura del mundo – sufre las consecuencias del populismo. Un populismo que atenta contra la dignidad del ser humano por sus actitudes xenófobas. Y un populismo que utiliza la postverdad para construir su relato. Un relato que sirve para crear corrientes de opinión pública a su imagen y semejanza. Corrientes de indignación y repulsa contra quienes piensan diferente
. Ampliar en El Rincón de la Crítica